Castiglione D' Orcia y Bagni San Filippo


Ayer por la mañana, desde Villa Monticchiello, en la que sigo encantada tanto por su belleza y comodidades como por el trato estupendo que deparan a sus clientes, decidí hacer una excursión en coche a Castiglione D'Orcia y a Bagni San Filippo.
Villa Montecchiello está tan bien situada que con el coche se llega enseguida a todas las localidades de Val D'Orcia, cada una con sus peculiaridades y a cual más bonita e interesante.

Castiglione D'Orcia, es un pueblo antiquísimo y precioso. Fue una fortaleza, dominada en el siglo I por los Aldobrandeschi. Desde un parque, que hay junto a las ruinas de la fortaleza situada en lo alto de la colina, hay unas vistas maravillosas que abarcan todo el pueblo, la cercana fortaleza de Tentennano y el Monte Amiata. Es una verdadera gozada.
Las callecitas de Castiglione D'Orcia están empedradas con guijarros y en el centro del pueblo hay una plaza tan original como preciosa, conocida como Piazza Il Vecchietta, un artista del siglo XV, que, como tantos otros humanistas del Renacimiento en Toscana, era un prodigio tanto en pintura como en escultura y arquitectura.
En la plaza estuve visitando el Ayuntamiento que se extiende de un lado a otro de la plaza, creando un entorno emblemático. También visité la iglesia románica de Santa Maria Maddalena y la iglesia renacentista de I Santi Stefano e Degna, que está considerada la iglesia más importante del pueblo, ya que hasta hace poco ha albergado obras sacras de Simone Martini y de Pietro Lorenzetti, actualmente en proceso de restauración en Siena.
A todo esto, me había entrado un hambre tremenda, por lo que tras una vuelticita por las tiendas y galerías de artesanía del pueblo, en las que se venden cosas lugareñas de muy buen gusto y nada caras, cogí el coche y me fui a comer a un restaurante que me había recomendado el simpatíquisimo dueño de una de esas tiendas. ¡Hay que ver lo encantadora y educada que es la gente que me estoy encontrando por aquí!.
El restaurante es "I tre Rioni" y se encuentra en Campiglia D'Orcia, un pueblecito cercano.
Se trata de una elegante hospedería, con un restaurante en el que se come de fábula.
Tomé una ensalada de pecorino (un exquisito queso de oveja típico de Toscana) con peras y rúcula y, después, un tiernísimo escalope de ternera con auténticas setas de bosque ("funghi porcini") aromáticas y deliciosas. Todo ello acompañado de un vino blanco fresquito y excelente: Collazzi Bianco di Montepulciano. Después del postre y del café, el Maitre me invitó a una copita de "acquavite" de hierbas, un licor fuerte, pero de sabor muy delicado.
Me fuí tan contenta, y no sólo por el licorcillo..., sino porque la comida había sido estupenda y la relación calidad/precio es muy equilibrada. Gasté unos 35 euros, incluida la propina.

Bagni San Filippo es un pueblo pequeño y bonito con un paisaje de lo más característico, a consecuencia de los depósitos calcáreos, blanquecinos, que circundan las termas. Éstas, ya gozaban de gran prestigio en la antigua Roma y se restauraron en el siglo VXI, por iniciativa de Cosme I de Medici. En "La Mandragora" de Maquiavelo hay un pasaje dedicado a ellas (otro libro para releer en Villa Monticchiello, después de cenar).
Esta localidad tiene cinco manantiales de aguas sulfurosas de importantes propiedades curativas cuya temperatura asciende a 52º C. Hay muchos y muy buenos hoteles SPA a los que acuden italianos y extranjeros, para disfrutar unas vacaciones sanas y relajantes.

La próxima extranjera voy a ser yo. Cargadita de libros y de buena música y ... a ponerme como una rosa de pitiminí. Ya veréis como algún buen escritor me saca en una novela.

Sylvia

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